Por: Diana Rodríguez.
Por años, el cine francés ha sido sinónimo de vanguardia, elegancia estética y compromiso artístico. Sin embargo, pocas veces como ahora se había visto un festival tan claramente atravesado por la fuerza de la mirada femenina. En su edición número 24, el Festival de Cine Francés en Colombia propone un recorrido fascinante: del rescate de los clásicos a la contundencia de una nueva generación de directoras que, con sus primeras obras, ya están reconfigurando el horizonte cinematográfico europeo.
Del 24 de septiembre al 8 de octubre, en 18
ciudades del país, el festival será un espejo de contrastes: la tradición y la
ruptura, la memoria y la urgencia del presente, todo mediado por una
sensibilidad femenina que desafía etiquetas.
La sección Clásicos no se limita a revisitar
la historia; busca poner en diálogo a distintas épocas para subrayar un mismo
hilo conductor: la fuerza transformadora de la mirada de las mujeres en el
cine. Cuatro largometrajes encabezan esta propuesta.
En Houria (Bailando en silencio, 2022), Mounia Meddour compone un retrato sobre la resiliencia y la comunidad a través de la danza. No es casual que esta película haya inspirado el afiche oficial del festival: su estética vibrante y su elenco mayoritariamente femenino la convierten en una metáfora de resistencia frente al silencio impuesto.
Camará de Lluvia Rivera - En img. Gilma Ruibio.Muy distinto, aunque igual de incisivo, es Revenge (Venganza siniestra, 2017) de Coralie Fargeat, un thriller visceral que transforma el cine de género en un alegato sobre el cuerpo femenino y la violencia. La película, premiada en Sitges, es un manifiesto sangriento y estilizado sobre la supervivencia.
Con Le consentement (El consentimiento,
2022), Vanessa Filho lleva el drama biográfico al terreno de lo
incómodo. Nominada a los Premios César, su fuerza no reside tanto en el
escándalo de la historia como en la forma en que cuestiona la noción de poder y
vulnerabilidad.
Camará de Lluvia Rivera
Y finalmente, Nous (Nosotros, 2022) de Alice Diop, emerge como un documental urgente que fue aplaudido en la Berlinale. La directora captura un país fragmentado, pero su mirada es compasiva y política a la vez, una radiografía íntima y colectiva de la Francia contemporánea.
En conjunto, estas cuatro obras trazan un arco temático
poderoso: la mujer como sobreviviente, testigo, creadora y narradora de
realidades que desbordan la ficción.
El cortometraje como laboratorio del futuro
El festival no se detiene en los grandes nombres; también abre espacio a tres cortometrajes que hoy se leen como semillas de un cine que ya está marcando la conversación global.
En Vilaine Fille, Mauvais Garçon (2012), Justine Triet, ganadora de la Palma de Oro 2023 por Anatomía de una caída, ya dejaba entrever su talento: un relato breve, punzante y cargado de humanidad.
Por su parte, la dupla Lise Akoka y Romane Gueret presentan Chasse Royale (2016), un retrato social premiado en Cannes que anticipaba la contundencia de su ópera prima Les pires. Su cine observa con una crudeza casi documental, pero sin perder la ternura hacia sus personajes.
Finalmente, Partir un jour (2021) de Amélie Bonnin, galardonado con el César al mejor cortometraje, demuestra cómo la brevedad puede contener una emoción expansiva. Su éxito fue tal que dio pie al largometraje homónimo que, con gran expectativa, abrirá el Festival de Cannes 2025.
Estos tres cortos no solo son ejercicios estéticos: son manifiestos tempranos de directoras que ya empiezan a escribir la historia del cine europeo con su propia gramática visual.
El 24 Festival de Cine Francés no presenta únicamente películas; propone un mapa cultural donde la sororidad, la resistencia y la estética se entrelazan en un mismo gesto. No es casual que, en la Colombia de hoy, se elija este programa: el cine femenino no es aquí un nicho, sino un prisma desde el cual repensar el arte, la memoria y la política.
De Bogotá a Tumaco, pasando por Cali, Medellín, Cartagena y otras quince ciudades, el festival llevará estas narrativas a un público que, como el cine mismo, se transforma frente a la pantalla.
La conclusión parece clara: el futuro del cine francés —y quizás del cine en general— se escribe cada vez más con la voz, la sensibilidad y la fuerza estética de las mujeres. Y este festival es, más que una vitrina, un testimonio de esa transformación imparable.
La pelicula Recomendada.
Entrevistas: