Por Diana Rodríguez
Cámara de Lluvia RiveraEn San
Cristóbal la esperanza se escribe con la voz de sus jóvenes. A través de los Laboratorios
de Convivencia de la Red Juvenil de Convivencia Escolar, la escuela se
convierte en un espacio vivo, donde cada estudiante encuentra la posibilidad de
liderar, dialogar y transformar su entorno.
En estos
encuentros, los adolescentes aprenden a escucharse con respeto, a disentir sin
agredirse y a resolver sus diferencias desde la empatía y la
corresponsabilidad. Aquí la comunicación se convierte en puente, y la
diferencia en oportunidad de aprender juntos.
Hoy
celebramos con especial orgullo al Colegio Los Alpes, ganador de esta edición.
Su historia de vida y las acciones afirmativas lideradas por sus estudiantes y
docentes son ejemplo inspirador de cómo la educación puede ser semilla de paz.
Allí, el liderazgo juvenil no es discurso: es práctica cotidiana en favor de
una escuela más justa y respetuosa.
Los Laboratorios
de Convivencia son mucho más que actividades: son redes que unen a estudiantes,
docentes, familias y equipos de gestión escolar en torno a un sueño compartido:
construir entornos protectores, democráticos e inclusivos, donde todas y todos
se sientan valorados.
Su impacto
ya es visible: menos violencia, menos acoso escolar, más diálogo y más jóvenes
empoderados como verdaderos agentes de cambio. Jóvenes que no esperan a que la
paz llegue, sino que la crean día a día en sus aulas, patios y pasillos.
La Red
Juvenil nos recuerda que la convivencia no es un tema secundario, es el corazón
mismo de la escuela. Y que cuando confiamos en nuestros jóvenes, ellos no solo
participan: protagonizan la transformación.
Porque en
San Cristóbal, la juventud está escribiendo una nueva historia: la de una
cultura de paz que nace en la escuela y florece en toda la comunidad.